Una contundente Alemania avanza a cuartos de final, luego de aplastar a Inglaterra 4 goles por 1
Alemania expulsó a Inglaterra del Mundial con una goleada que pudo alcanzar ribetes de escándalo en un partido de locos que entrará en la historia no sólo por su resultado (4-1) sino por el gol clamoroso que el árbitro le negó a Frank Lampard.
Frente a tres primeras aproximaciones alemanas, los ingleses tardaron 18 minutos en disparar por primera vez a puerta.
El partido se volvió loco. Los dos equipos abandonaron sus precauciones defensivas y entraron en un cuerpo a cuerpo en el que los ingleses llevaron la peor parte. En el m.30 Klose falló solo ante el portero, a continuación Defoe cabeceó al larguero -en fuera de juego- y en el 32 Podolski, entrando sin marcaje desde la izquierda, recogió un balón de Müller y batió por bajo a James.
Parecía sentenciado, pero el encuentro enloqueció todavía más. En el minuto 37. Gerrard centró al punto de penalti y Upson ganó a los centrales alemanes para batir a Neuer, que salió a destiempo. Un minuto después el equipo arbitral le negó el empate a Inglaterra. El balón, lanzado por Lampard contra el larguero, botó medio metro dentro de la puerta alemana, volvió al travesaño y ya en el segundo bote no rebasó la raya.
Lo igual no es trampa. Alemania recibía una lejana compensación por el gol fantasma que, 44 años antes, el inglés Geoff Hurst le marcó en la prórroga de la final de 1966, cuando Inglaterra ganó en Wembley su único título.
El larguero volvió a cruzarse en la trayectoria de un balón botado en libre directo por Lampard en el 52. Milner disparó al cuerpo de Neuer en el 61. Inglaterra se embarcó en una audaz ofensiva. Arriesgó y perdió. Schweinsteiger condujo un contragolpe sirvió a Müller, desmarcado, que fusiló a James en el 70.
La retaguardia inglesa de desmoronó y los ataques germanos llegaban en oleadas ante James. Müller hizo su segundo gol en tres minutos y, ahora sí, con 4-1, el partido quedó visto para sentencia, pese a que Gerrard y Lampard aún pujaron por recortar la diferencia.
Alemania expulsó a Inglaterra del Mundial con una goleada que pudo alcanzar ribetes de escándalo en un partido de locos que entrará en la historia no sólo por su resultado (4-1) sino por el gol clamoroso que el árbitro le negó a Frank Lampard.
El partido había levantado una gran expectativa entre los aficionados de todo el mundo y una cierta inquietud en
Frente a tres primeras aproximaciones alemanas, los ingleses tardaron 18 minutos en disparar por primera vez a puerta.
En el 23, Alemania marcó el gol más simple del fútbol. El portero Neuer lanzó la bola a tres cuartos del campo, Klose ganó el forcejeo a Upson y, a media caída dentro del área, alargó la pierna derecha para batir al portero James en su salida. Su duodécimo tanto en un Mundial le iguala con el mítico Pelé.
El partido se volvió loco. Los dos equipos abandonaron sus precauciones defensivas y entraron en un cuerpo a cuerpo en el que los ingleses llevaron la peor parte. En el m.30 Klose falló solo ante el portero, a continuación Defoe cabeceó al larguero -en fuera de juego- y en el 32 Podolski, entrando sin marcaje desde la izquierda, recogió un balón de Müller y batió por bajo a James.
Parecía sentenciado, pero el encuentro enloqueció todavía más. En el minuto 37. Gerrard centró al punto de penalti y Upson ganó a los centrales alemanes para batir a Neuer, que salió a destiempo. Un minuto después el equipo arbitral le negó el empate a Inglaterra. El balón, lanzado por Lampard contra el larguero, botó medio metro dentro de la puerta alemana, volvió al travesaño y ya en el segundo bote no rebasó la raya.
Lo igual no es trampa. Alemania recibía una lejana compensación por el gol fantasma que, 44 años antes, el inglés Geoff Hurst le marcó en la prórroga de la final de 1966, cuando Inglaterra ganó en Wembley su único título.
El larguero volvió a cruzarse en la trayectoria de un balón botado en libre directo por Lampard en el 52. Milner disparó al cuerpo de Neuer en el 61. Inglaterra se embarcó en una audaz ofensiva. Arriesgó y perdió. Schweinsteiger condujo un contragolpe sirvió a Müller, desmarcado, que fusiló a James en el 70.
La retaguardia inglesa de desmoronó y los ataques germanos llegaban en oleadas ante James. Müller hizo su segundo gol en tres minutos y, ahora sí, con 4-1, el partido quedó visto para sentencia, pese a que Gerrard y Lampard aún pujaron por recortar la diferencia.
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