lunes, 28 de junio de 2010

Los tienen de hijos


Argentina avanzó a cuartos de final con algo de polémica.Ahora irá ante su verdugo de 2006


Un error arbitral, un regalo del defensa mexicano Ricardo Osorio y una genialidad de Carlos Tévez sirvieron a Argentina para derrotar a una inocente selección de México con marcador de 3-1 y situar a los de Diego Maradona en los cuartos de final del Mundial de Sudáfrica.

Serán los décimos que disputará la albiceleste, que se medirá a Alemania en una reedición de las finales del 86, la última que ganó Argentina, y la del 90, que ganaron los germanos, ambos equipos encabezados en el campo por el actual inquilino de su banquillo.

Argentina logró la clasificación en un partido en el que se llevó un premio demasiado grande ante una México que le plantó cara, que le dio la batalla en todas las trincheras del campo, pero que pecó de falta de maldad a la hora de buscar la portería adversa.


La albiceleste volvió a mostrar que su potencia de golpeo ofensiva es un arma temible que oculta las carencias que pueda tener el equipo en otras líneas.


Veinte goles encajados en los siete últimos encuentros, diez de ellos en el Mundial, son una estadística demoledora para quienes sacan pegas a un equipo acusado de no defender bien, pero cuya portería sólo ha sido perforada en dos ocasiones.

Unas cifras que muestran que la Argentina de Maradona es puro ataque y que, con eso, buscará la final del Mundial.

Los de Javier Aguirre podrán incluso sentirse damnificados de un clamoroso error arbitral, que concedió el primer tanto a Carlos Tévez pese a que estaba en fuera de juego cuando remató de cabeza el tanto.

Esa jugada cambió el signo de un partido que hasta ese momento estaba equilibrado, por no decir algo inclinado del lado mexicano.

Fruto del desconcierto mexicano fue el segundo tanto albiceleste, nacido de un error de Osorio, que dejó el balón franco a Higuaín, que esquivó a Pérez y marcó su cuarto tanto en el Mundial, lo que le eleva a lo más alto de la clasificación de anotadores.

Pero México siguió adoleciendo de falta puntería y, cuando parecía que podía poner en peligro a la defensa argentina se encontró con un tercer mazazo, otro golpe directo nacido de la nada, de una genialidad de Tévez, que en la medular del área se revolvió para sacar un potente derechazo que encontró la escuadra de Pérez.

Tuvo que venir un arreón de Javier "Chicharito" Hernández, una jugada de fuerza y talento, una internada en el área que culminó con un fuerte disparo ante el que nada pudo hacer Romero.

Freddy José Blanco T.

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